El balón nunca miente y nos recuerda constantemente nuestra necedad: Nos engañamos al mantener la etiqueta de 'Grande' con imprudente facilidad por miedo a reconocer que sólo hay uno por encima de todos, el más odiado, el que más resistencia genera a actualizar epítetos. América es el prototipo, el único que vive y aumenta con su presente esa grandeza. Aunque duela al resto.
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Otro se debate por mantenerla con más expectativa que éxito, como Cruz Azul, está cerca de validarla con un título. Está al que no se la hemos asignado, el que sigue en la fila, casi la roza, pero se sigue quedando corto, como Toluca. Y los que la tuvieron, pero la están perdiendo: Chivas es un histórico con identidad extraordinaria, fue exitoso, pero su actualidad es patética, y Pumas, que forjó filosofía pionera, se quedó dormido en la burocracia.
Los protagonistas de antaño cedieron terreno y lo ganó el resto de la Liga MX, se volvió aún más competitiva, mira que tener en Liguilla a un proyecto tan pobre que sólo tiene dinero, pues carece de historia y afición, como Juárez, o a un club cuyo objetivo primordial es vender jugadores como Necaxa, son ejemplos claros del nivel parejo.
Candidatos al título son tres: América, por la dinastía que ha formado; Cruz Azul, el segundo mejor proyecto deportivo y ahora, Toluca, un coloso resurgido. Luego está Tigres en reconstrucción. Con la coronación de estos cuatro primeros de la tabla, lo que luce inminente, se exhibirá aún más la fragilidad de la 'grandeza' de Chivas o Pumas. El engaño será más difícil de sostener.
