La época de regalos navideños que recompensa el comportamiento del año trajo sonrisas por racimos para los mejores, justos campeones, como también repartió amargura para los que fueron abusivos, pero hay otros que aunque se quedaron con manos vacías este 2023, ya hacen la carta para 2024 y trabajan con la visión de recuperar la grandeza, como Cruz Azul.
América y Tigres fueron los más agasajados este año por Santa Claus, por ser los dos mejores equipos de Liga MX, y por mucho, mientras que otros que se portaron mal, despojaron a otros clubes de sus entrenadores por debajo de la mesa, como Rayados con el Tano Ortiz y León con Larcamón, acabaron con daño en su imagen por el pobre desempeño a pesar de la alta expectativa.
Pero La Máquina se cansó de no tener el regalo prometido para los grandes, de sumirse en la crisis de resultados y ser blanco, de nuevo, de burlas en nuestro país. La reestructura, como te la adelanté en esta columna hace meses, se centró en lo visible, en lo deportivo, con la transformación desde la gestión, ahora a cargo de Iván Alonso, con un trazado de visión al fin ordenada y ambiciosa.
Para lograrlo, la Cooperativa Cruz Azul, ese ente monstruoso que respalda al club de futbol, encontró para este cierre de año al fin la estabilidad financiera dentro del caos político y social en la que ha estado sumergida en la última década.
Y eso impacta también en La Máquina, que al fin consiguió saldar la deuda que arrastraba desde el final de la gestión de Billy Álvarez, donde Ricardo Peláez y la directiva gastaron 85 millones de dólares en refuerzos entre 2018 y 2019. Una locura de déficit que metía freno a los fichajes.
Además, esta directiva también desarrolla la habilidad de negociar con eficiencia financiera las compras y ventas. Ejemplos sobran, desde el traspaso de Moisés Viera al Fortaleza en casi lo mismo en lo que lo compraron (de pagar 4.5 mdd a recibir 4.3 mdd) hasta la venta de Kevin Castaño a Rusia por tres veces más en lo invertido (de 2.5 mdd al Águilas Doradas de Colombia a 7.5 mdd al Krasnodar por 70 por ciento de la carta). Esto no se lograba en La Noria.
La carta está escrita, la directiva cementera puso claros los objetivos para 2024 a Alonso y Anselmi: para el Clausura 2024 deben clasificar directo a la Liguilla y ahí ser protagonistas de nuevo por el título; para el siguiente Apertura, será superar lo hecho en el anterior. La exigencia también evoluciona. La apuesta para el Año Nuevo es por Cruz Azul, pues están trabajando como se debe, ya se están portando bien por La Décima.
...Y SE DIJO