El último enfrentamiento que tuvo Óscar Valdez fue el 30 de abril del año pasado, donde perdió el título mundial de la WBC en el peso superpluma, dejando su récord en 30 victorias. Y aunque en 2021 derrotó a Miguel Berchelt, el duelo del próximo 12 de agosto es el más importante de su carrera y el que lo podría catapultar a un plano más estelar.
“Esta pelea significa todo para mí, es todo o nada para mí. Yo necesito más esta pelea que él (Emanuel Navarrete), él ya hizo historia, tres veces campeón mundial en diferentes divisiones”, destacó Valdez ante los medios.
El pupilo de Eddy Reynoso se ha sacado de la mente el tema de los récords, pues diversas personas señalan que cuando un boxeador sufre una derrota, ya no tiene los argumentos suficientes para seguir peleando. Por lo tanto, en su próximo combate, desea demostrar que es una teoría falsa.
“No porque pierdas tu récord de invicto significa que estás acabado, mucha gente piensa que cuando obtienes una derrota ya no sirves en el boxeo. Entonces, si yo gano esta pelea, daría ese claro mensaje de que si tengo una derrota no pasa nada, te levantas, te sacudes y vas para adelante en la siguiente pelea. Para dar ese mensaje tengo que ganar esta pelea”, agregó el pugilista sonorense.
Según Valdez, la ideología de cuidar el récord de victorias limitó a muchos boxeadores, puesto que estos ya no querían enfrentarse a pugilistas de mayor grado de dificultad. Un caso particular ocurrió con los mexicanos, quienes ya no han creado rivalidades entre ellos en la última década.
“Cuando llegó Floyd Mayweather Jr. puso de moda cuidar el récord de invicto y los fanáticos casuales se vendieron a esta idea, que hay que cuidar el récord para ser nombrado el mejor. Si nos vamos a los 80’s, Julio César Chávez y Muhammad Ali tuvieron derrotas y no les quitó lo legendarios que llegaron a ser. Cuando entró el tiempo de cuidar el récord de invicto, los boxeadores duros ya no se querían enfrentar a los boxeadores rudos”, concluyó.
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