Serie Mundial: ¿Por qué Clayton Kershaw lució una gorra desgastada?
Clayton Kershaw subió al montículo y de inmediato las miradas se postraron sobre él. Sus números negativos en Postemporada lo convirtieron en el jugador que más morbo despertaba para el Juego 1 de la Serie Mundial entre Dodgers y Rays, pero fue su desgastada gorra manchada de sudor lo que terminó por robarse los reflectores.
Es bien sabido que el zurdo de 32 años es supersticioso. Demasiado. Nadie se convierte en el mejor abridor de la última época sin seguir rutinas a rajatabla, y el tres veces ganador del premio Cy Young tiene un ritual previo a los juegos que es sumamente estricto y no importa dónde vaya a lanzar o qué hora del día sea, tiene que empezar cinco horas antes, así esté del otro lado del mundo.
En el transcurso de esas cinco horas, Kershaw se come un sándwich de pavo, hace rebotar pelotas de béisbol en una pared mientras sus compañeros de equipo conviven con normalidad. Toma una pequeña siesta, se reúne con su receptor y entrenador de pitcheo para hablar sobre la estrategia.
Intercambia algunos lanzamientos en el campo, realiza largos envíos y finalmente camina hacia el montículo del lanzador ocho minutos antes del primer lanzamiento. En Playoffs, el supersticioso lanzador deja de cortar su barba y ésta se retuerce conforme avanza la postemporada y utiliza la misma gorra que durante toda la campaña, añadiendo solamente los parches de cada serie.
Un ritual que no es exclusivo de Kershaw y recuerda a John Wetteland, quien con los Yankees le gustó tanto la cachucha que utilizó durante toda la temporada que se rehusó a usar una nueva, por lo que le aplicaron los parches de los Playoffs.
La gorra impregnada de sudor se volvió tan famosa en estos Playoffs que un usuario de Twitter creó la cuenta @kershawscap (la gorra de Kershaw) para hacer una sátira al respecto. En la descripción se lee: “Puedes olerme desde la vuelta de la esquina. Incompatible con anillos de la Serie Mundial”, en alusión al poco éxito del lanzador en el Clásico de Otoño.