En noches seguidas de junio, durante una estadía por lo demás ordinaria de los Angels en casa, Shohei Ohtani logró dos proezas que podrían ser hitos en la carrera de prácticamente cualquier otro jugador en la historia del béisbol.
El martes, el astro bateó un par de jonrones de tres carreras y totalizó ocho empujadas, la mayor cifra en la historia por parte de un pelotero japonés en las Grandes Ligas.
Un día después, Ohtani recetó 13 ponches, la mayor cifra en su vida, y cubrió ocho episodios en blanco y con pelota de dos hits. Retiró a 16 bateadores seguidos de los Kansas City Royals y sacó 24 outs sin que le conectaran hit, ante sus últimos 24 rivales.
Este fenomenal deportista japonés, capaz de lucir tanto en el montículo como con el madero, sigue encontrando formas de asombrar en las Grandes Ligas.
Un año después de que fue elegido por unanimidad como el Jugador Más Valioso de la Liga Americana con una campaña sin precedente, Ohtani halla nuevos modos de inscribir su nombre en los libros de récords de las mayores. Y con ello, lucha para colocar de nuevo en la seda del triunfo a los Angelinos (34-38), un equipo que sin embargo no encuentra desde hace muchos años la manera de tener una buena temporada.
Casi a la mitad de su segunda campaña seguida con un desempeño revolucionario, Ohtani ha acostumbrado a algunos a sus talentos increíbles. Pero muchos de sus logros habrían parecido imposibles antes del año pasado, cuando comenzó a lucir sus verdaderos superpoderes.
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