Mariano Rivera fue abanderado de las fiestas patrias panameñas este mes. La zona donde se formó en este país como beisbolista le dedicó una calle.
Rivera sumó otra distinción este martes, al ser designado por el gobierno como embajador deportivo de Panamá y recibir una de las más altas condecoraciones oficiales.
El gobierno del presidente Laurentino Cortizo nombró embajador por decreto a Rivera, legendario cerrador de los Yankees de Nueva York, que se convirtió este año en el segundo panameño exaltado al Salón de la Fama del Beisbol.
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Antes de Rivera, ningún pelotero había sido votado de forma unánime como nuevo miembro del recinto de Cooperstown, Nueva York.
Durante una ceremonia en la casa presidencial a la que asistieron los familiares del expelotero, Cortizo también lo galardonó con la orden Belisario Porras, la cual debe el nombre a ese difunto intelectual y político, quien fue tres veces presidente de Panamá.
“Los reconocimientos son un acto de doble vía, un honor para quien lo recibe y un honor para quien lo da”, dijo Cortizo. “Lo recibe Mariano Rivera, lo da el pueblo panameño; sobre todo (un honor) si se trata de una persona que, con sus actos, con su esfuerzo, con su voluntad, suma glorias y páginas al libro de Panamá”.