Julio Urías subió a la lomita con una inusual e histórica ventaja desde su primer pitcheo. El abridor mexicano tenía una responsabilidad enorme sobre sus hombros y la ofensiva de los Dodgers se encargó de hacer el trabajo duro por él, dejándole la pizarra con 11 carreras a su favor en la apertura más importante de su joven carrera en las Grandes Ligas.
En el rostro concentrado del mexicano se ocultaba una enorme sonrisa, como la de quien esperaba una tormenta y se encuentra con un día soleado. Con la confianza a tope, el oriundo de Culiacán, Sinaloa, trabajó con mucha calma las cinco entradas de labor que tuvo arriba del montículo. Urías lanzó cinco ‘chocolates’ y permitió un cuadrangular de Cristian Pache en la tercera baja, aún así Dave Roberts lo dejó retirar a ocho bateadores más, adjudicándose la victoria a su cuenta.
El lineup de los Dodgers sabía que era una noche crítica en la búsqueda de romper la sequía de 31 años sin título de Serie Mundial para la franquicia californiana. El poderoso bateo de los californianos despertó en un momento clave en la serie. Joc Pederson, Edwin Ríos y Max Muncy conectaron cuadrangulares en la primera alta ante la apertura de Kyle Wright y el relevo de Grant Dayton, quienes recibieron un total de 15 carreras en 2.2 innings de trabajo combinados en el montículo.
Ningún equipo había anotado 11 carreras en el primer inning de un encuentro de Postemporada en la MLB hasta que los Dodgers lo consiguieron en el Juego 3 de la Final de la Liga Nacional con dos juegos de desventaja. Los californianos están optimistas con una posible apertura de Clayton Kershaw, luego de haber sido baja para el segundo compromiso por problemas en la espalda. Ahora, los Dodgers buscarán empatar la serie con su mejor serpentinero en la lomita.
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