Tradición, de eso se trata el beisbol en México. El sentimiento de identidad que se adhiere a la piel al portar la camisola del equipo favorito es un fenómeno que nadie puede comparar. El Rey de los Deportes es precisamente eso, amo y señor en cuanto a historia refiere y la noche del viernes su historia predilecta vivirá un capítulo más en 66 años de rivalidad.
Diablos y Tigres protagonizan el encuentro con más tradición del deporte mexicano, el más honrado y también uno de los más pasionales. Los años, las anécdotas, los campeonatos, las victorias y las derrotas han plasmado un capítulo que trasciende al beisbol y se ha convertido en un símbolo de la cultura nacional.
Esta noche en el estadio Alfredo Harp Helú no juega la novena de Miguel Ojeda contra la de Adán Muñoz, las estampas de los grandes nombres que desde 1955 han escrito se harán presentes en el diamante. Los Cananea Reyes, ‘Chito’ García, Nelson Barrera, Iker Franco, 'Huevo' Romo y los hermanos Peralta, entre muchos otros que han formado parte de esta gran tradición estarán en las camisolas que porten los aficionados con gran orgullo.
“Yo le llamo la Guerra de Guerras precisamente para no entrar en controversias. Finalmente creo que es el nombre adecuado para la que es, históricamente, la rivalidad más grande en México después del Poli-UNAM”, dijo Agustín Castillo, historiador de los Diablos Rojos del México en entrevista con RÉCORD.
“Con estos dos equipos todo puede suceder. De ambos lados hemos tenido historias agridulces, la afición ha celebrado o ha estado triste. El ingrediente que termina dándole a los jugadores motivación finalmente son los aficionados. He entrevistado a infinidad de jugadores con este y otros temas y ellos siempre coinciden que ver el estadio lleno y con gran ambiente definitivamente contribuyen a que su capacidad física aumenta y lo que muestran en el terreno de juego sea mejor que sus propios estándares. Ese es el ingrediente que lo hace diferente, los aficionados. Son los que han provocado estas batallas épicas”, concluyó Castillo.
MUDANZA BAJÓ INTENSIDAD
La que anteriormente fuera conocida como la Guerra Civil enfrentó por casi 50 años a ambos equipos en la capital del país. La mudanza de los felinos a Puebla y posteriormente a Quintana Roo sin duda fue un duro golpe para esta tradicional rivalidad que hasta la fecha sigue mermando el pique.
“La rivalidad se diluyó pero en la Ciudad de México es un fenómeno totalmente distinto porque tratan de estar presentes los aficionados de Tigres, ellos traen las camisolas de cuando el equipo era de aquí, muy poquitos tienen el uniforme actual de Tigres. Llegas a encontrarte con esas camisolas negras, naranjas y azules de cuando eran capitalinos y creo que sí hay mucha nostalgia”, dijo Agustín Castillo.
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