Si los Capitanes le deben a alguien buena parte de sus victorias a lo largo de su corta estadía en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional, es a Rigoberto Mendoza, quien los volvió a sacar de un apuro ante Aguacateros.
El equipo de la Ciudad de México empató 1-1 la serie ante Michoacán gracias a la magia del MVP de la temporada pasada, quien orquestó la espectacular remontada cuando todo parecía perdido.
Los capitalinos se impusieron en otro partido cardíaco por pizarra de 81-78 en el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera. La mala noticia para los de CDMX es que ahora deberán viajar a la capital michoacana para disputar el domingo el tercero de la serie.
Los purépechas siguieron con la misma tónica que en el primer juego, con letales rompimientos que desesperaba a los de Ramón Díaz. Ambas quintetas limitaron las pérdidas de balón en busca de posesiones largas y que sus principales figuras marcaran la diferencia, cosa que de inmediato funcionó a Aguacateros.
Ramón Díaz, entrenador de Capitanes, priorizó la defensiva en el perímetro, con Ernesto Oglivie como única carta en la pintura. Con el cubano en cancha, el estadounidense Joel James perdió protagonismo y los capitalinos fuerza en el ataque.
Aguacateros logró sacar una ventaja de 11 tantos al término de la primera mitad, pero todo cambió con los ajustes del coach capitalino, pero sobre todo, con el despertar de Rigoberto Mendoza.
El MVP de la liga y gran figura de la CDMX necesitó de un minuto para anotar siete puntos sin respuesta y liderar una remontada que paró de sus asientos a los mil 500 presentes que se hicieron sentir en el Gimnasio Juan de la Barrera.
Los pupilos de Nicolás Casalanguida no encontraron respuestas ante el despertar de unos Capitanes que se crecieron ante el empuje de un Juan de la Barrera en su punto de ebullición. Perfecto desenlace para una serie que en la mayor parte del tiempo ha estado inclinada al lado michoacano.
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