Cabezazos a silbantes, con historial de vetos prolongados
Las agresiones de los futbolistas hacia los árbitros en el futbol mexicano han sido motivo de sanciones que los han inhabilitado por periodos largos de tiempo, o al menos eso pasaba en 'la vieja escuela'.
El caso más reciente en balompié nacional fue el cabezazo que le propinó Pablo Aguilar, defensa del América, a Fernando Hernández, c central, en el partido entre Águilas y Xolos en la Copa MX.
Esta situación no es la primera que sucede en el futbol de nuestro país; en 1982 en un juego entre Cruz Azul y Puebla, Miguel Marin, entrenador de La Máquina, ingresó a la cancha para protestar una decisión del árbitro.
Sin embargo perdería la cabeza y le daría un 'frentazo' a Jesús Mercado, silbante del partido; el castigo para el cementero fue un veto de un año por parte de su equipo.
La segunda ocasión en que volvería a pasar algo similar fue en 1998 cuando Pumas se enfrentó a Chivas en CU, Cristian Zermatten haría lo propio contra el afamado Felipe Ramos Rizo, la sanción: un año fuera del terreno de juego.
Rubens Sambueza se une a lista puesto que en los 50 años del Jalisco en un partido entre Tecos contra Atlas, el argentino le dio un 'panzazo' y un intento de cabezazo a Rafael Medina, árbitro central; el castigo que se ganó por parte de la Liga MX fue de cinco partidos.
Finalmente, en el futbol amateur un jugador mató a un árbitro en una liga llanera en el estado de Hidalgo debido a que le había mostrado la cartulina roja, enojado, usó la cabeza para agredir al colegiado, posteriormente el silbante falleció debido al trauma que le ocasionó el golpe y huyó.