Kylian Mbappé, el hombre del año en el fútbol francés, disfrutó de su exhibición particular con el París Saint Germain, campeón por octava vez de la Ligue 1 de Francia, un título asegurado antes del triunfo 3-1 contra el Mónaco, equipo con el que el PSG que compartió el homenajes a Notre-Dame.
El atacante parisino disfrutó de su reconocimiento particular. Ha sido su año y protagonizó una nueva demostración de talento en el Parque de los Príncipes.
En un ambiente de fiesta por el éxito, pero con el recuerdo vivo de la catedral de Notre-Dame, devorada por el fuego en el incendio del pasado lunes, el París Saint Germain celebró la consecución de un título hace tiempo anunciado y sellado tras el empate, horas antes, del Lille en Toulouse.
Un enorme 'tifo' con la imagen de la catedral de París invadió parte de la grada del recinto del PSG. No fue el único recuerdo. Ambos equipos vistieron una indumentaria con el recuerdo a Notre-Dame. El París Saint Germain con el nombre del monumento en cada camiseta, en el lugar habitualmente reservado para el del jugador. Delante, en el pecho, una imagen del edificio.
Los futbolistas del Mónaco, por su parte, en la parte delantera, entre el escudo y el símbolo de la marca deportiva incluyó, en blanco, una representación de Sainte-Dévote, patrona de Mónaco.
El ambiente no fue tan encendido como se podía esperar después de un gran título. Una parte de la grada del Parque de los Príncipes estaba sin público. La parte superior de la tribuna que ocupan los seguidores radicales fue clausurada por el Comité de Disciplina de la Liga de Fútbol por la presencia de bengalas en el partido contra el Marsella, el pasado 17 de marzo.
Sobre el césped mandó Mbappé. En el regreso de Neymar, Edinson Cavani y Ángel Di María, ausentes los últimos partidos y que comenzaron en el banquillo al lado del técnico alemán Thomas Tuchel, Mbappé fue el dueño de la fiesta.
El delantero parisino firmó un hat-trick que eleva su cifra anotadora en la Ligue 1 a 30, los mismos que en su día obtuvo Jean-Pierre Papin en 1989-90, una marca histórica.
El segundo triplete del curso del parisino se fraguó al cuarto de hora, en una contra veloz tras recibir un pase de Moussa Diaby. Antes del descanso ofreció una nueva demostración de velocidad, en una combinación con el brasileño Dani Alves.
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Y el tercero en la segunda mitad, en otro contraataque en el que fue asistido por Alves otra vez.
En plena fiesta reapareció Neymar, que sustituyó en el descanso a Lanvin Kurzawa. Tres meses después de su lesión en el tobillo el brasileño reapareció. Lo hizo con el marcador encarrilado y una vez sanada la dolencia en el quinto metatarsiano del pie derecho.
Después salió el uruguayo Edinson Cavani, el tercer componente del tridente parisino. Cavani jugó los veinte minutos finales. Ocupó el lugar del argentino Leandro Paredes. El delantero sufrió una recaída hace un mes de la lesión en el tendón de la cadera derecha.
La sesión fue preocupante, sin embargo, para el Mónaco, que acortó distancias en el 80 gracias al ruso Aleksandr Golovin pero que no evitó una nueva derrota.
Aún no ha amarrado la permanencia el conjunto de Leonardo Jardim, que lleva dos empates y dos partidos perdidos en sus últimos cuatro compromisos y que solo está a cuatro puntos del descenso