La historia del nuevo jugador del Real Madrid es digna de contarse. El francés Ferland Mendy tuvo una infancia compleja, con una enfermedad que casi lo aleja del futbol.
De padres senegaleses y kenianos, Mendy sufrió la muerte de su padre a los 11 años. A los 14, el ahora lateral merengue padeció artritis en la cadera que lo mantuvo seis meses en silla de ruedas y otros seis en su recuperación. Los doctores le dijeron que se alejara del futbol, pero él se negó a creerlo.
Ya en cuanto a sus actitudes futbolísticas, Mendy fue calificado por su exentrenador Bruno Genesio, como una bala dentro del terreno de juego, aún con muchas aptitudes por pulir.
El lateral tuvo un paso fugaz por el PSG donde no logró hacerse de un sitio importante, y de ahi, deambuló en la Cuarta División de Francia con el Mantois, equipo que le sirvió de puente para pasar al Le Havre.
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En Le Havre pasó dos años para ser compardo en 5 millones de euros por el Olympique Lyon en 2017, quien ahora hizo un gran negocio al venderlo al Real Madrid en 48 millones de euros.