El Real Madrid selló un empate por 1-1 sin brillo en su visita al Leganés, esto gracias a un gol de Karim Benzema en el arranque de la segunda parte que sirvió para contrarrestar el inicial de Jonathan Silva.
Pese a que se fueron abajo en el marcador, los merengues tuvieron acercamientos. Isco diseñó una asistencia que traspasó el muro defensivo como si fuese de papel. Recibió con clase Asensio, pero en el mano a mano se encontró con Cuéllar. Hubo réplica cuando Siovas peinó un balón parado y Braithwaite, en buena posición, ejecutó un cabezazo manierista que rozó el palo.
Sin embargo, cuando menos se esperaba, un esférico rechazado lo atrapó Jonathan Silva en la penumbra de la media luna. El argentino, que venía de anotar un gol tan bello como indescriptible para que los suyos puntuaran en Mendizorroza, hizo diana pese a la estirada de Keylor.
El revés lo dejaron los madridistas en la percha del vestuario para salir con fuerzas renovadas y en solo cinco minutos igualaron. Modric congeló el tiempo al borde del área y, ante el escrutinio de tres zagueros, le regaló un balón de oro a Benzema. En su primer intento desvió bien Cuéllar pero, a la segunda, no perdonó.
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Pudo ser mayor el castigo si Asensio hubiera aprovechado las dos que tuvo, un desvío sutil en el primer palo y una situación de uno contra uno resultado de un contraataque. En ambas respondió bien el cancerbero.
El desenlace parecía pues depender de un contrario que optó por llevar la iniciativa. No le bastó con el dominio territorial, la voluntad y un zapatazo de Marcelo que repelió un inspirado Cuéllar. Incluso pudo perder, pero a En-Nesyri se le anuló un tanto por fuera de juego. Así el Real Madrid acabó certificando un empate anodino en el largo camino hasta el final de la temporada.