Volvió a sonar el Himno de la Champions League en el Santiago Bernabéu. Después de todos los milagros que ocurrieron en este templo blanco la temporada pasada, el campeón de Europa se reencontró con su afición, en la victoria (2-0) frente al RB Leipzig.
El Madrid y el Leipzig vivieron ayer el primer enfrentamiento en toda su historia. Los de Ancelotti, sin Karim Benzema que continúa lesionado, afrontaron su octavo partido de la temporada sin conocer la derrota. Con Rodrygo como falso nueve, escoltado por Vinicius Jr y Fede Valverde y con Tchoameni, Camavinga y Modric en la medular, el Madrid se presentó en su estadio, aunque con algunas dificultades para adentrarse en el partido.
En la primera parte, el conjunto blanco no se encontró cómodo en ningún momento, tuvo mayor posesión pero ningún disparo a portería. El RB Leipzig por su parte, generó mayor peligro pero se topó con un Courtois siempre atento.
En los últimos diez minutos, el Madrid mostró mayor intensidad, comandado por un Luka Modric, que con la zurda tuvo la ocasión más clara de los blancos, reclamando incluso un posible penalti.
El primer cambio del Madrid se produjo al minuto 64’ cuando Marco Asensio sustituyó a Camavinga y Fede Valverde se colocó en el centro del campo. El Madrid seguía sin poder generar ocasiones y el Leipzig estuvo cada vez mejor parado en la defensa.
Fue hasta el minuto 80, cuando una genialidad entre Vinicius y Rodrigo terminó en las piernas de Valverde que recortó con la derecha y remató con la izquierda para dejar el esférico dentro de la portería. El Bernabéu estalló ovacionando al uruguayo que se volvió loco celebrando.
En el tiempo de compensación, llegó un golazo de Marco Asensio con la zurda a pase de Toni Kroos. El “somos los reyes de Europa” retumbó con fuerza y la pancarta que levantó el fondo Sur tuvo mucho sentido: “El Madrid siempre vuelve”.