El Atlético de Madrid ganó (3-2) cuando se lo propuso al Valencia, con ambición, solvencia y respuesta en cada una de las dos igualadas de su adversario y con el gol definitivo de Ángel Correa; un giro y un tiro imparables ya para su rival y para aplazar al menos tres días la coronación del Barcelona en esta Liga.
Tan cierto es que el futbol hoy es esencialmente un juego de errores como que necesita determinación y destreza para aprovechar cada uno, como lo hizo el Atlético en cada uno de los tres goles con los que doblegó a un Valencia imprevisible, capaz de nivelar dos marcadores adversos, pero también de ser un 'juguete' en las dos primeras dianas locales y permitir una tercera nada más empatar.
También de recibir el 1-0 a toda velocidad. En el minuto 8. Cierto que Guedes, hoy lejos de sus versiones recientes, que se presentaba como goleador ocho veces en los últimos diez encuentros antes de su visita al Metropolitano y que sustituido en el minuto 57, perdió un balón que nunca debe perderse en su territorio, pero también que el Atlético lo transformó en muchísimo más.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: PORTO, MULTADO CON CASI 5 MIL EUROS POR CULPA DE HÉCTOR HERRERA
Porque pasó mucho desde el robo de balón al portugués hasta el 1-0 de Morata, todo con un mérito indudable del Atlético, como la pared entre Griezmann y el reactivado Lemar, que se cruzó el campo de lado a lado para sumar al ataque a Juanfran, cuyo centro fue tan fenomenal como el desmarque y el remate del delantero madrileño.
El Valencia sólo fue él en algún tramo del partido. En el primer tiempo sanó la herida que le provocó el primer tanto, del que ni se enteró ni el cómo ni el porqué, hasta que Neto recogió la pelota de su portería, con el 1-1 de Gameiro cuando el partido cruzó la media hora, cuando pudo acelerar hacia adelante y cuando el Atlético rebajó la tensión.
En solo cuatro minutos del complemento, el Atlético golpeó de nuevo, con un 2-1 desbordante, que circuló desde el contragolpe que lanzaron Rodrigo y Koke hasta las combinaciones entre Lemar, Morata y Griezmann, que culminó la acción de cabeza. El gol número 21 del curso del '7' rojiblanco.
Aún no fue el de la victoria del Atlético, que gobernó ya el duelo, pero concedió un penalti, una mano de Saúl Ñíguez que revisó y confirmó el VAR. La transformó Dani Parejo en el 2-2 en el minuto 77. Insuficiente para repeler la ambición del Atlético, que al 81' de mano de Correa se llevó el juego por 3-2.