Sin Red Bull en la ecuación, la pelea por las victorias es espectacular. Por primera vez en el año, ni Max Verstappen ni Checo Pérez subieron a lo más alto del podio, abriendo la puerta a Carlos Sainz, de Ferrari, quien sufrió en las últimas vueltas ante la presión de Lando Norris, de McLaren, y Lewis Hamilton y George Russell, de Mercedes.
El español del Il Cavallino Rampante salió desde la pole position y vivió una carrera tranquila, hasta que en el cierre todo explotó. Primero fue el ataque de los Flechas Plateadas y luego de McLaren, quienes se lanzaron para tomar la estafeta que dejó libre el neerlandés Bicampeón del Mundo.
Sainz se aferró con uñas y dientes a su segunda victoria en la máxima categoría. Primero contuvo a Norris, de carrera impresionante, con riesgo de despistarse, y después vio como George Russell se estrelló en el muro a metros de cruzar la meta, permitiendo que Hamilton, su compañero en Mercedes, subiera al podio.
"Es una sensación increíble, es un fin de semana increíble. Hicimos todo bien durante el fin de semana, todo perfecto para llegar primero. (Tras el receso) trabajamos en nuestras debilidades y ahora todo resultó a la perfección", comentó el español tras su victoria.
"(Pese a la presión) sentí que tenía el control, siempre creí que pude ganar y terminar arriba. Por eso tengo estas buenas sensaciones ahora", añadió.
Ferrari volvió a ganar un Gran Premio más de un año después. La última vez antes de ayer que un piloto de la Scuderia subió a lo más alto fue en Austria 2022, cuando Charles Leclerc conquistó Spielberg el 10 de julio.