Un automóvil arrolló a un grupo de personas que se manifestaban de forma pacífica contra un mitin de nacionalistas blancos en Charlottesville, Virginia, lo que provocó la muerte de tres personas y que decenas más fueran hospitalizadas, al tiempo que incrementó la tensión en un enfrentamiento cada vez más violento.
El caos surgió en la que se cree es la mayor reunión de nacionalistas blancos en una década; el gobernador Terry McAuliffe declaró el estado de emergencia, la policía, con equipo antimotines, ordenó a las personas que despejaran la zona y los helicópteros sobrevolaron el área.
El grupo se había reunido para protestar contra los planes de retirar una estatua del general confederado Robert E. Lee, y otras personas se presentaron para protestar contra el racismo.
Matt Korbon, un estudiante de 22 años de la Universidad de Virginia, dijo que varios cientos de contramanifestantes marchaban cuando, “de repente, solo se escuchó este rechinido de neumáticos”. Un sedán Dodge Challenger color plateado se estrelló con otro vehículo, retrocedió y arremetió contra “un mar de personas”.
El impacto arrojó a varios individuos por el aire. Los que quedaron de pie se esparcieron y corrieron gritando en busca de refugio. El conductor fue arrestado posteriormente, según indicaron las autoridades.
La agitación comenzó el viernes, cuando los nacionalistas blancos portaron antorchas por el campus universitario en lo que fue descrito como una manifestación “pro blanca”.
La violencia no tardó en aparecer el sábado, cuando cientos de personas lanzaron golpes, arrojaron botellas de agua y sustancias químicas. Al menos ocho personas resultaron lesionadas y una más fue arrestada en relación a esos incidentes.
Después de los enfrentamientos, el presidente Donald Trump condenó “en los términos más enérgicos posibles” lo que llamó un “despliegue atroz de odio, intolerancia y violencia desde muchas partes”. Pidió un “rápido restablecimiento de la ley y el orden y la protección de vidas inocentes”.