El debut ante la selección de Chile sembró en el alma de muchos lindas sensaciones, suele suceder que cuando se inicia un proceso es tal la necesidad de alegría que en ocasiones nos embelesamos fácilmente, máxime cuando la mayoría de los actuales futbolistas del representativo nacional llevan varios reinicios y al final se estancan en el mismo sitio.
Tu llegada ilusiona, Gerardo Martino, eso ya lo habrás notado, tanto así que tuviste que desinflar el globo y bajar los decibeles en el entorno después de un pulcro partido ante un severo sinodal como el chileno. También estoy cierto que el ascenso con el que se viene soñando hace más de 30 años, descansa y descansará siempre en la materia prima, por más buen guía que se tenga. Hoy se vuelve a tener, porque no vengo a descubrir nada al decir que tú, Tata, posees cordura, educación, categoría, experiencia e ideas sensatas, pero sin jugadores en estado de gracia y de alta calidad, el resultado tendería a ser el mismo de hace siglos.
El duelo ante el rabioso equipo chileno fue sensacional, por momentos fue una pelea de perros, pero así se debe competir, con una permanente voracidad en cada pelota dividida, en cada jugada, en cada mano a mano; es un estilo que todavía no se arraiga, que de pronto se manifiesta, pero otras veces se cae sin remedio en desquiciante displicencia.
Leí que tú, Gerardo, apuntaste como los mejores de la cancha en San Diego a Rodolfo Pizarro, Edson Álvarez y Carlos Rodríguez. Con este último coincido contigo en todas las aristas. Lo que hiciste en tu debut, Carlos, es digno de un hombre jerárquico, jugaste como si estuvieras en el patio de tu casa echando una cascarita con tus primos o amigos de la escuela. Cada balón que tocaste tuvo sentido, cada vez que arrancaste hacia el frente buscando espacios como interior ya sea por derecha o izquierda los localizaste y los explotaste, todo lo hiciste bien, qué digo bien, rozaste la perfección.
Con tu elección, Rodolfo Pizarro, como los mejores del campo, difiero, no digo que hayas jugado mal, pero sigo sin ver a ese loco lindo del cual me enamoré hace algunos ayeres, y no pienso conformarme hasta observarlo de nuevo con la frecuencia que merecen tus grandes habilidades.
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No vi a una Selección que aplastó, pero sí vi a un grupo adulto que pegó cuando debía hacerlo y que después manejó los vaivenes de la partida como un experto ajedrecista. Me gustó mucho la inteligencia emocional de casi todos los vestidos de negro; cuando hubo que correr y meter lo hicieron, cuando hubo que pensar lo hicieron, y cuando hubo que liquidar también lo consiguieron.
Tú, Raúl Jiménez, diste un paso hacia adelante en tu carrera parejera contra Javier Hernández, anotaste de penalti. Tu problema en Selección radica en que necesitas vincularte más y mejor con el gol; el viernes lo hiciste sin dar una de tus mejores extinciones. Creo que debes entender, supongo no te resultará sencillo, ya que en el combinado nacional siempre has sido utilizado como un segunda punta o como un delantero complementario, pero ahora debes visualizarte como el centro delantero de la cofradía, por lo que andar saliéndote tanto de la zona de influencia no es lo correcto, entiendo que será cuestión de tiempo para que cambies el chip mental de tu pasada situación con la actual que te es mil veces más reconfortante.
Hoy por la noche se viene Paraguay, supongo que con varias modificaciones en el once de hace algunos días, cosa que es natural y necesaria, pero lo que no se puede permitir ni un ápice es que se den pasitos para atrás. Se han unido varios tópicos para que este nuevo proyecto sea una bella y grata alucinación; se tiene un gran cacique como entrenador, existen futbolistas de los 'europeos' que atraviesan un dulce momento de forma, están jugando en Europa y están jugando bien, se han establecido salubres y rigurosas reglas de convivencia desterrando los torpes cotos de poder del ayer, y da la impresión que los jugadores insigne de la Selección Nacional han decidió darse y tomar en serio su última oportunidad. Bienvenido todo lo anterior, esperando la suma de factores tenga duración, larga duración.