Un gigante está de rodillas, un gigante rojiblanco que lleva algún tiempo confundido por variadas razones, y variadas resoluciones. A este hercúleo ente se le percibe triste, vapuleado por todos los costados, da la impresión que entró en plena depresión. Muchos son los personajes responsables de la malaria del titán, ninguno puede ni debe obviar su culpa, pero más allá de destrozar a los culpables, lo preocupante para el hombretón es que la ruta crítica hacia una pronta recuperación no existe.
Que esté enfermo me parece normal, en la vida deportiva existen ciclos de bonanza y ciclos de escasez, no se necesita ir a Harvard para entenderlo, las broncas irrumpen cuando en momento de sequía no se tiene un plan de vuelo, una serie de medidas que aligeren el dolor y que pongan en el horizonte una esperanza de un posible bienestar. A este coloso conocido como Chivas, le pasa lo que a todas las medulares organizaciones, de cualquier índole no sólo en el rubro deportivo, al ser un coloso, algunos disfrutan cuando sangra, cuando padece, cuando está aturdido, y eso que de los grandes del futbol nacional éste es uno de los menos odiados por sus detractores.
El asunto mediático, tema nada menor, en estos momentos los tiene fustigados y asfixiados, no podemos olvidar que cuando tú, Jorge Vergara, irrumpiste en el negocio de la pelota usaste como pocos lo han hecho los tentáculos mediáticos para posicionarte, posicionar tu ideología y posicionar algunos odios bien dirigidos que resultaron en nuevas rivalidades, así como arreciaron las añejas afrentas.
Hoy tienen que vivir y sobrevivir a todo tipo de ataques desde varios frentes, la mayoría con razón, de que le gestión deportiva ha sido calamitosa, y cuando me refiero a gestión deportiva, incluye todo el organigrama, no sólo los despachos, no sólo la cancha, no sólo la presidencia, a cada uno de los involucrados.
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Ahora como bien dice el genio de Phil Collins, siempre existen dos partes de la historia, y en momentos bravos, oscuros, cuando todo parece explotar, es cuando uno debe ser más claro y estar más sereno. La mayoría de personajes directivos que hoy son mancillados por estar atascados en un profundo hoyo negro, son los mismos que han comandado rutilantes éxitos, así que estoy cierto que ni antes eran eruditos en poder de raras ecuaciones que garantizaban triunfos, ni hoy son unos infames sin solución. Entre más nos alejemos de los extremos, más sencillo resulta transitar, no soy de los creyentes en la existencia en exclusiva del blanco o el negro, creo en los matices, por ende, no comparto que los actuales dirigentes sean una sarta de incompetentes.
Han tomado malas decisiones, sin duda, han elegido mal su personal para puestos esenciales, de acuerdo, han pecado de protagonismo, también es verdad, ahora, decir que no saben un carajo de futbol y del negocio me parece una mayúscula tropelía. Dentro de la institución existe gente con probada capacidad que cuando aparecen los diluvios son a quienes se debe recurrir, por lo pronto visualizo a dos grandes hombres que se les debe escuchar y permitir maniobrar el barco rojiblanco, tú eres uno de ellos Alberto Coyote, más ligado al campo, y tú Mariano Varela eres el otro, lo tuyo más en la administración deportiva. Es momento también que den un par de pasos al frente, y les hagan saber a los que mandan que deben apoyarse en ustedes, aunque sea en estos instantes de obligada y negra transición.
Por razones naturales cuando un Grande está en pena se le cuestiona todo, en el caso de Chivas resulta recurrente atender el lugar común de jugar con mexicanos, aspecto que primero muertos antes de tocar o siquiera analizar. Lo que no se puede obviar es que el futbol mexicano ya se volvió un deporte de aristócratas como Tigres, América, Monterrey, Cruz Azul por mencionar los de más abolengo y dinero, y de plebeyos en los que se encuentra el Guadalajara y algunos más. Pero aparte de estas dos clases sociales, existe otro grupo de equipos de menor abolengo, aunque lo único a lo que aspiran es a no morir de inanición. Es por ello que Guadalajara debe aceptar su realidad en la cadena alimenticia de la economía y lidiar su batalla desde ahí, se dice fácil, pero soñar lo contrario no les va ayudar en nada.
En varias ocasiones han pretendido resolver su arraigada enfermedad con coloridos medicamentos, pero que estaban destinados a caducar en un par de dosis dejando al paciente más convaleciente.
De terapia no van a salir mañana, es momento que hagan un real diagnóstico y que empiecen con el tratamiento el cual será largo, mientras hacia adentro de la casa sepan que la recuperación será gradual, a mediano o largo plazo, estarán en el camino correcto. Hacia el exterior deberán aguantar candela fina y brava, pero me van a decir que no lo han hecho desde que pusieron un pie en la puerta hace ya varios, pero varios ayeres. A quienes más se ataca por la gris actualidad de Chivas poseen una costra sumamente gruesa, úsenla como parapeto para empezar una verdadera sanación, la pelota y el futbol mexicano los necesita limpios de cualquier bacteria.