No me gusta decir ‘se los dije’, así que me lo ahorro y sólo les recuerdo lo que publiqué en esta columna antes de iniciar el torneo: Poncho Sosa tenía la guillotina en el cuello desde la Jornada 1 del Apertura 2019.
Les había contado que a Sosa no lo querían los dueños del Atlético de Madrid porque no lo veían como un entrenador con “personalidad y la actualización” necesaria para convertir al San Luis en un equipo “trascendente”. Así que lo condicionaron desde inicio: aceptó cambiar a su cuerpo técnico e incorporar a su metodología de trabajo sugerencias desde España.
Después, le impusieron al polémico argentino Ricardo Centurión como refuerzo y, al final, fue parte central en su salida. Poncho no quería a alguien nocivo en el vestidor, así que no le gustaba el volante que ni a la banca salió en los últimos partidos. Pero pesó la influencia de su representante en México, Uriel Pérez, quien no pudo meter a Ricky en Toluca y sí en el club potosino. Le advirtieron que para quedarse debía jugar, pero ya no aceptó.
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La gota que derramó el vaso fue la queja de futbolistas ante Marrero, presidente potosino, que utilizó este argumento para cepillar a Sosa, a pesar de que Poncho goza de prestigio en el medio de ser un hombre respetuoso. Me contaron que la razón para cesarlo fue que a un par de sus futbolistas, que tienen preferencias homosexuales aceptadas por el grupo, les llegó a llamar “putos”, algo que escucharon otros futbolistas, y esto fue suficiente para que la directiva lo desvinculara. Me dicen que se quejaron porque no jugaban por que Alfonso "no toleraba su orientación sexual", aunque para mí, eso es especulación. El chiste es que esa falta sirvió para darle las gracias.
Ahora, les cuento que la negociación con Gustavo Matosas por ser el nuevo timonel del Atlético mexicano avanzaba, hasta que se filtró en la prensa y se complicó. En Costa Rica pusieron el grito en el cielo por perder a su seleccionador, además, desde la Liga MX le recordaron a los potosinos que existe un ‘veto’ al uruguayo. Pero como al charrúa le urge volver a dirigir a un club, movió todo para cerrarlo. Y ya se arregló. Será DT del ASL.
TEMOR EN RECTORÍA
Luego de todo lo que se ha revelado sobre la UNAM, en Rectoría temen de lo que pueda seguir saliendo a la luz y perjudicar al rector, Enrique Graue, porque estamos cerca de elecciones en la Máxima Casa de Estudios, y capaz que no continúa.
Ahí no para la cosa. Me dicen que nada le quita el estrés, porque además de todos los problemas que tiene en la Universidad, debe estar lidiando con los conflictos que le causa el equipo de futbol, del que dicen ya está harto, porque aunque el 'Presi' es su cuate, ya no haya cómo librarse de las joyitas en las que lo ha involucrado el club.
Incluso han tratado de evitar a toda costa contacto con la prensa, al grado de ocultar que salen mañana a las 11:00 am por T1... ups, ¿lo pensé o lo escribí?
ADIÓS AL SHOPPING
Los tiempos del buen shopping y las distracciones en el Tricolor han tenido un paréntesis con Gerardo Martino, y de cara al partido contra Estados Unidos este viernes, el cuerpo técnico decidió hospedarse en la localidad de Morristown para alejarse del bullicio, la metrópoli de Nueva York y también de los paseos y las compras.
Es claro que se busca concentración total y una buena manera para hablar con los futbolistas en un ambiente de armonía, muy distinto al 'ajetreo'. Darse sus 'escapaditas' no está permitido y los días de shopping que se veían frecuentemente con Miguel Herrera o Juan Carlos Osorio en Estados Unidos son cosa del pasado.
PELÁEZ NO CEDE
Les cuento que ayer tuvo otra reunión la alta esfera de Cruz Azul para definir al técnico, pues aunque parece que Mohamed es el bueno para Ricardo Peláez, los Álvarez no terminan por estar convencidos.
Mi oreja celeste me contó que se pusieron más tensas las pláticas, al grado que la postura inamovible de Peláez hace pensar que si no eligen al Turco, con quien ya habló para plantearle el proyecto, mi Richie podría decir hasta aquí con La Máquina. Veamos.
