Víctor González subió al montículo y suspiró profundo ante un reto mayúsculo, con las bases llenas en el octavo inning y en plena Serie de Campeonato de la Liga Nacional. Pero tres poderosos sliders le bastaron para ponchar a Charlie Culberson y estallar de euforia tras cumplir con creces la difícil tarea que de poco sirvió cuando Dave Roberts apostó en el noveno rollo por Blake Trainen, quien abrió la puerta para que los Braves derrotaran a los Dodgers.
La noche le cayó de peso a Dustin May en el Globo Life Field de Arlington, donde estuvo 1.2 entradas sin permitir carreras, un imparable permitido, dos chocolates y 14 strikes en 21 lanzamientos, pero se embasó y dejó la casa llena en la parte alta del octavo inning con dos outs cuando el manager decidió mandar al ruedo al nacido en Tuxpan, Nayarit, para sacar las papas del fuego con su sangre fría y el respaldo de haber recetado 20 ponches con su slider en la temporada.
Y González cumplió con solo tres lanzamientos que le fueron suficientes para ponchar al bateador, quien nunca pudo descifrar el poderoso brazo izquierdo del nayarita. Sin embargo, Roberts decidió relevarlo para la novena entrada y pagó a un alto costo su decisión, pues Trainen, quien cargó con la derrota, permitió dos de las cuatro carreras que permitió la novena angelina en el último capítulo para confirmar su primer tropiezo en la NLCS.
Roberts mandó a Jake McGee, quien no había tirado en 17 días, y permitió un jonrón a Ozzie Albies, quien con un batazo de 106.3 mph puso el 5-1 definitivo. Atlanta mantuvo su invicto en esta postemporada y prolongó su marca a 6-0 en esta instancia. Lo logró convirtiéndose en el sexto equipo en la historia de la postemporada con dos jugadores —Albies y Austin Riley— de de 23 años o menos con un jonrón en el mismo juego, ambos en el noveno rollo.
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